Usa champú y acondicionador adecuados
Elige productos que estén diseñados para tu tipo de cabello (seco, graso, normal, teñido, etc.). Evita los champús con sulfatos, ya que pueden resecar el cabello.
Hidratación profunda
Aplica una mascarilla capilar hidratante una vez a la semana o cada dos semanas, dependiendo de la necesidad de tu cabello. Las mascarillas ayudan a restaurar la hidratación perdida y a reparar el cabello dañado.
Aceites naturales
Los aceites como el de coco, argán, almendra y jojoba son excelentes para nutrir el cabello. Aplica unas gotas de aceite en las puntas o a lo largo del cabello para proporcionarle brillo y suavidad.
Limita el uso de herramientas térmicas
El calor de las planchas, secadores y rizadores puede dañar el cabello. Usa estas herramientas con moderación y aplica siempre un protector térmico antes de usarlas.
Corte regular
Elimina las puntas abiertas y dañadas con regularidad. Un corte cada 6-8 semanas puede ayudar a mantener el cabello saludable y prevenir la formación de más daño.