La frecuencia de lavado depende del tipo de cabello y del estilo de vida de cada persona. En general, se recomienda lavar el cabello de dos a tres veces por semana para evitar resecarlo. Sin embargo, algunas personas con cabello graso pueden necesitar lavarlo con más frecuencia, mientras que otras con cabello seco pueden espaciar los lavados.

Es mejor secar el cabello de forma natural siempre que sea posible para evitar daños por calor. Si necesitas usar un secador, utiliza una temperatura baja o media y mantén el secador a una distancia segura del cabello para evitar el sobrecalentamiento y la rotura.

Para proteger el cabello del daño por calor, utiliza siempre un protector térmico antes de aplicar calor con secadores, planchas o rizadores. Además, intenta limitar el uso de herramientas térmicas y ajusta la temperatura a un nivel moderado para evitar dañar la cutícula del cabello.

Si tienes caspa, puedes probar con champús anticaspa que contengan ingredientes como ketoconazol, sulfuro de selenio o ácido salicílico. Masajear suavemente el cuero cabelludo durante el lavado y evitar rascarse con las uñas también puede ayudar a reducir la caspa.

Para prevenir la caída del cabello, es importante mantener un estilo de vida saludable, evitar el estrés, seguir una dieta equilibrada rica en nutrientes y proteínas, y cuidar bien el cabello con productos adecuados. Si la caída del cabello persiste, es recomendable consultar a un dermatólogo o especialista en salud capilar.

Para cabellos secos y quebradizos, es importante proporcionar hidratación y nutrición adicional. Utiliza champús y acondicionadores hidratantes, aplica mascarillas capilares una vez a la semana y evita el uso excesivo de herramientas térmicas. También puedes considerar recortar las puntas regularmente para eliminar las partes dañadas del cabello.